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CLÍNICA

Mediante complicadas técnicas el especialista vascular puede diagnosticar y tratar trastornos de la circulación cerebral, torácica, de los órganos abdominales y de las extremidades.

Los especialistas del Instituto Vascular de Santiago (IVS) han dedicado su vida profesional al tratamiento de las enfermedades de la circulación arterial y venosa. Las arterias y venas se extienden por todo el cuerpo y son fundamentales para el normal funcionamiento de los órganos y sistemas.

Técnicas Endovasculares

Son aquellas técnicas que permiten tratar trastornos de los vasos sanguíneos sin la necesidad de efectuar incisiones o heridas importantes.

ANEURISMA AÓRTICO ABDOMINAL (AAA)

Desde 1997 han incorporado el tratamiento del aneurisma a través de un sistema mínimamente invasivo, que consiste en la inserción a través de una pequeña incisión en la ingle, de un dispositivo que reemplaza la función de la aorta. La principal ventaja de este procedimiento es el evitar la incisión del abdomen, disminuir el riesgo de complicaciones perioperatorias, acortar la hospitalización a sólo 48 horas y abreviar el periodo de recuperación, permitiendo una rápida reintegración a la vida normal del paciente. Esta experiencia, pionera en nuestro país, ya suma más de un centenar de pacientes tratados, con excelentes resultados. El equipo médico del IVS ha sido acreditado para el uso de los principales dispositivos disponibles en el mundo para esta sofisticada técnica.

ATEROSCLEROSIS CAROTIDEA

El depósito de colesterol en las paredes arteriales causa una estrechez progresiva que puede llevar a la trombosis. En el caso de las arterias que irrigan el cerebro, las carótidas, este evento conduce al infarto o derrame cerebral. El tratamiento que ofrece los mejores resultados para esta estrechez, es la limpieza quirúrgica de la carótida (“endarterectomía”). Sin embargo, desde 1994, en casos seleccionados efectuamos el tratamiento endovascular, que se puede aplicar en la porción tanto intratorácica como cervical de esta arteria, bajo anestesia local y con protección de la circulación cerebral. Este tratamiento, aún en perfeccionamiento, nos permite evitar el infarto cerebral en pacientes de alto riesgo. Aún así, la protección del riesgo de infarto o derrame cerebral en el largo plazo aún no está del todo definida.

ESTENOSIS RENAL

La enfermedad ateromatosa (ateroesclerosis) y otras (displasia) de las arterias de los riñones puede desencadenar el desarrollo de hipertensión arterial (presión alta) o simplemente la disminución de la función de dicho órgano, pudiendo llevar al paciente a requerir de diálisis (riñón artificial). Mediante la angioplastía (dilatación con un balón) y/o con la inserción de un stent (malla metálica), se puede resolver la obstrucción de la arteria y así revertir las consecuencias de ésta. Aunque sus resultados a largo plazo son algo inferiores a la cirugía, es un procedimiento mínimamente invasivo, que se realiza con anestesia local y requiere de hospitalización muy breve.

ENFERMEDAD OCLUSIVA DE LAS EXTREMIDADES INFERIORES

Cuando se obstruyen las arterias de las piernas, estas pueden doler al caminar por fatiga muscular (claudicación intermitente) o en casos avanzados llevar a la muerte del tejido (gangrena). En algunos de estos casos se puede realizar apertura de las arteria obstruidas mediante la angioplastía con balón y/o la inserción de un stent (malla metálica), es un procedimiento mínimamente invasivo, con buenos resultados cuando es bien realizado y en pacientes seleccionados.

Cirugía Vascular

La cirugía vascular convencional utiliza intervenciones directas, sobre arterias y venas, a través de incisiones y mediante técnicas altamente sofisticadas.

La técnica más conocida es el bypass o puente, que reemplaza el vaso sanguíneo dañado por otro vaso sano del propio paciente (por ejemplo: un segmento de vena de la pierna) o ha falta de éste, tratándose de una arteria de gran tamaño como la aorta, por una arteria sintética (Dacrón® o similar). Estas técnicas bien aplicadas, restablecen la irrigación del o los órganos afectados en forma duradera y con muy bajo riesgo.

La cirugía venosa más frecuente y conocida es aquella que permite tratar las dilataciones venosas superficiales o várices, y consiste generalmente en la eliminación de las venas enfermas. Técnicas de tratamiento de várices que no incluyen la solución del problema causal (insuficiencia venosa), se asocian a una frecuente recurrencia de las várices.

 

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